6 de enero de 2015

¿Año nuevo? Se acabó

Llevo un tiempo pensando que debía volver a escribir un post para mi reestrenado blog, pero sabes eso que pasa cuando te obligas a ser creativo, y claro no te sale nada. Por eso la cuestión es que la inspiración te pille delante de un teclado, o sino ir dando vueltas a ideas hasta madurarlas, y después escribir. Hoy es más el segundo caso.

Como decía, llevo un tiempo pensando ideas para el blog y entretanto han pasado la Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, la Noche de Reyes, un montón de comidas y cenas con la familia, con amigos, oportunidades de desconectar, etc. Supongo que, entre otras cosas, hemos tenido tiempo de pensar como ha sido el año que sale y como será el año que entra. Yo nunca he sido muy partidario de proponerme cosas al empezar el año, cuando quiera empezar empiezo y punto, pero en este año 2015, no sé porqué, tengo muchas esperanzas puestas y he pensado no dejar pasar ni un minuto, por lo que el principio del año natural es un buen momento para ponerlas en marcha. 

Para resumiros el principal de mis propósitos yo diría que es perder el miedo. Para explicarlo me apoyaré en una canción de Ska-P que me ha dado mucho que pensar a este respecto. Antes de nada os la dejo para que la escuchéis. Hay que abstraerse a todo lo que conforma a esta banda, desde el punto de vista ideológico y estético, y escuchar solo esta canción no todo lo que se habla sobre ellos, y sustituir en la letra de la canción "miedo a...", por los miedos que tengas. El resto de la canción la podéis dejar como está. Yo creo que sale algo bastante interesante:

"Desde el nacimiento el miedo te acompañará. Es más efectivo que un ataque nuclear...El miedo te convierte en un muerto viviente. El miedo es una jaula, no puedes huir.El miedo te congela y mata tus ideas. El miedo paralizar, te invita a morir..." El miedo es un coñazo (esto ya son palabras mías) que se estimula ante la inseguridad y el temor, y en ocasiones es estimulado por terceros desgraciados a los que les compensa que tu comportamiento esté condicionado por el p...miedo. Así, somos más previsibles y actuamos de acuerdo a unos parámetros que otros nos ponen con el fin de que seamos supuestamente aceptados en la sociedad. Es decir desde el minuto 0 ya te inyectan miedo para que no se te ocurra salirte de lo normal.

De ahí los demás miedos que nos invaden de modo más o menos frecuente, venidos de fuera o nacidos de dentro. Sean de donde sean nos quitan libertad. Entonces ya dejas de ser tú mismo y empiezas a ser quien quieren que seas los demás, pero, pregunta interesante, ¿quienes son los demás?

A mí, para este año 2015, me gustaría perder el miedo a no quedar siempre bien delante de todo el mundo. Perder el miedo a qué dirán los demás de mí. Perder el miedo a mi puesto de trabajo y a no hacer las cosas perfectas. Perder el miedo al supuesto fracaso por no hacer lo que esperan los demás de mi. Me gustaría perder el miedo a decir más de vez en cuando lo que yo pienso. Me gustaría perder el miedo a no ser aceptado... 

Joder, son cosas de las que cada vez me doy más cuenta pero que sin embargo se me suben a la chepa y no se bajan. Para este año 2015, además me gustaría disfrutar más de las cosas perdiendo el miedo a lo que después puede venir.

Pero bueno no quiero que esto parezca un sitio de autoayuda a la inversa, es decir donde yo cuento mis historietas para desahogarme. Os animo a que cojáis vuestros miedos, todos, hasta los que os den mucha vergüenza, y los mandéis lo más lejos que podáis (a mí se me ocurre mandarlos a tomar por culo, o a la mierda, pero me da palo, y miedo, parecer demasiado incorrecto).

Me gustaría poder decir al final de este año 2015 que actúo de modo más libre, y por lo tanto con menos miedos. Os deseo a vosotros lo mismo, además de todas las demás cosas que se desean en estas fechas. 

9 de diciembre de 2014

¿Para qué me gradué (o licencié, para los más antiguos)?

"Ya he acabado de pegar las direcciones en los sobres, ¿qué hago ahora?" "Sí, ven que te explico" Cogimos el ascensor y fuimos al sótano. Me dice, "Mira estos son los expedientes de cursos anteriores, tienes que destruirlos" Volvimos a subir a la oficina me dejó con una carretilla, "para no cargar peso" y me vi en el ascensor con la carretilla, mirándome al espejo y diciéndome "¿para esto me he graduado y he hecho un máster?" En fin, la verdad es que no podía dejar de sonreír al pensarlo, sonreír por no llorar y quemar el sótano completo, subir de nuevo al despacho y decirle con toda la calma del mundo que no se preocupara que nunca más volvería a saber de esos informes.

En esas llegué al sótano, cargué la carretilla con todos los expediente que pude y volví al ascensor. Me miré de nuevo en el espejo del ascensor, y pensé "no te preocupes que seguro que los más grandes también empezaron cargando carretillas y triturando miles de papeles"

Con esas reflexiones volví a mi puesto de trabajo y me puse a destruir los documentos de manera sistemática y puntillosa. Que lo que hagamos lo hagamos bien, y a eso me puse. 

De todo esto me acuerdo tal día como hoy, hace casi cinco años. ¿Porqué? Pues no lo sé, aquí estoy delante del ordenador, saturado de la investigación de mercado que estoy realizando, y me ha venido a la mente este capítulo de mi vida. 

Creo que todos debemos pasar por todos los puestos si queremos llegar a ser grandes mariscales de campo (¡cómo me gusta esta expresión!), en el lugar en el que nos toque estar. La cuestión es que en las actuales circunstancias uno puede no saber si está avanzando, o retrocediendo, o moviéndose en horizontal. 

Os voy a dar mi opinión. Creo que siempre avanzamos, todo son experiencias y oportunidades de aprender. Habrá días lamentables y que queramos que el mundo se pare para bajarnos y no volver a él nunca más. Habrá otros días en los que nos salgamos de lo bien que nos están saliendo las cosas y que la dinámica sea súper positiva. 

Sea el día que sea recuerda que vence el que resiste, y la carrera es muy muy larga. El trabajo duro puede con todo, así que trabaja y disfruta porque en la lucha te encontrarás a ti mismo y te podrás manifestar ante los demás tal y como eres. 

Para responder al título del post. Te graduas, bueno, estudias, porque hay que pasar por todas las fases y esa es una de ellas. Una pequeña escuela de lo que luego te espera en la vida real, la puta gran escuela. Estudiar ya es servir rezaba la bienvenida a la escuela naval de Marín, así que ya sabes, estés donde estés aprovecha porque ese es tu camino, no esperes más, lo que tienes es lo que te han dado para llegar a ser mariscal de campo (¡cómo me gusta esa expresión!)

26 de noviembre de 2014

¿Vuelvo?

Nueve de Septiembre de 2010, hace más de cuatros años ya que escribí el último post en mi blog. Pasé mucho tiempo sin volver a él hasta que este verano pasado me acordé y volví a releerlo, no sin cierta vergüenza por ver qué decía ese apasionado de 24 años con tanto descaro. Y en los últimos meses he vuelto a él en más de una ocasión para releer y releer los "posts", y pensar que en realidad podría volver a escribir, y ver la diferencia que hay entre ahora y entonces. Además eso me ayudaría a darme cuenta de cuanto he cambiado, sin dejar de ser el mismo, pero con cuatro años más y unos cuantos kilos más encima. 

Para eso podría plantearme empezar un blog nuevo, quizá porque he cambiado tanto que ya no tenga nada que ver con esa persona que escribía antes, quizá porque ahora soy más maduro, quizá porque ya no leo tanto como antes, quizá porque ya no soy tan idealista y albergo algunas dudas de poder hacer todo lo que me proponía hace cuatro años. 

Pero luego lo he pensado y en realidad sigo siendo yo, el mismo, pero matizado, perfeccionado, o modelado, según se quiera ver, por cuatro años más de vida, trabajos, experiencias, paso por alguna enfermedad, amigos que se fueron y otros que han llegado. Personas que han venido a cambiar mi vida... Sigo siendo yo porque aún soy un idealista al que le gustaría participar en el necesario cambio que nos pide la sociedad, que lee menos de lo que querría pero mucho más seleccionado. Que alberga dudas pero también tiene algunas respuestas. Ni tan mal, ¿no? 

Por eso he pensado que voy a intentar retomar el blog, no prometo nada, pero espero aguantar el tirón y contar muchas cosas interesantes. Además, esto son cosas que pasan, empiezas algo, lo dejas, lo vuelves a retomar...

 ¿Me acompañas?

9 de septiembre de 2010

"Vida y Destino" de Vasili Grossman


A conitnuación dejo algunos párrafos del libro que estoy leyendo (Vida y Destino de Vasili Grossman), lo recomiendo a todos, espero que con estos pasajes os convenzáis de que merece la pena.

"- No quiero torturarte, pero debo decírtelo.Y tú escuha... Éste es mi último deber como revolucionario y lo cumpliré. Tú, camarada Abarchuk, eres de una naturaleza especial. Nos conocimos en un tiempo, en un momento especial; nuestro mejor momento, me parece. Bien, tengo que decirlo...Nos equivocamos. Mira adónde nos ha llevado nuestro error (...)Pero ¿porqué arrepentirse ahora? Ningún arrepentimiento puede expiar lo que hemos hecho. Eso es lo que te quería decir. Punto primero. Ahora el sgundo: no compredimos la libertad. La aplastamos. Ni siquiera Marx la valoró: la libertad es el fundamento, el sentido, la base de la base. Sin libertad no hay revolución proletaria. Éste era el segundo y escucha el tercero. Atravesamos el campo, la taiga, pero nuestra fe es más fuerte que todo. Sin embargo, eso no es fortaleza sino instinto de conservación (...) Y así los comunistas han creado un ídolo, se han puesto uniformes y hombreras, profesan el nacionalismo, han levantado la mano contra la clase obrera, si es necesario revivirán las Centurias Negras..."

"La aspiración innata del hombre a la libertad es invencible; puede ser aplastada pero no aniquilada. El totalitarismo no puede renunciar a la violencia. Si lo hiciera, perecería. La eterna, ininterrumpida violencia, directa o enmascarada, es la base del totalitarismo. El hombre no renuncia a la libertad por propia voluntad. En esta conclusión se halla la luz de nuestros tiempos, la luz del futuro"

"La libertad consiste en el carácter irrepetible, único del alma de cada vida particular. El reflejo del universo en la conciencia del ser humano es el fundamento de la fuerza del ser humano, pero la vida se transforma en felicidad, libertad, se convierte en valor supremo sólo en la medida en que el individuo existe como mundo que nunca se repetirá en toda la eternidad. Sólo se puede experimentar la alegría de la libertad y la bondad cuando encontramos en los demás lo que hemos encontrado en nosotros mismos"

5 de septiembre de 2010

Trazos de un verano que se acaba

Desde hace cuatro años acudo al encuentro de la España profunda. Acudo a las fiestas de un pueblecito del Bierzo. Para mí, la llegada de ese fantástico fin de semana, lleno de comidas pantagruelicas, cremas de orujo, paquito el chocolatero, vino cabezón y la familia de F, me hace sentir que el verano toca a su fin, porque después solo queda Madrid y la perspectiva de volver a empezar con las obligaciones del año.
Una vez que ya habíamos disfrutado de las bodegas, de la buena comida y la buena bebida, de la música de la charanga que llegó tarde y de todo lo demás, volvíamos a Madrid en el coche. Yo iba sentado atrás y a mí derecha, un espectacular sol que se ponía, dejaba un cielo que parecía que sangraba, era una espectacular explosión de colores que se fueron apagando. Esa imagen me recordó que se acababa el verano y me puse a pensar en todo lo que tenía que hacer y en cómo iba a organizarme. Al cabo de un rato de pensar en el futuro inmediato, la música que se oía de fondo me llevó a recordar el pasado más reciente, es decir, en como se había pasado este verano.
Todo el mes de Julio en Aranjuez trabajando. Sus fiestas y sus madrugones. Las repetitivas comidas en los restaurantes. Toda la gente que se conoce en unos Cursos de Verano. El mes de agosto con sus días en Valencia. Fiesticas en la playa y en el puerto de Valencia. La bicicleta. Las buenas películas, a las que me estoy aficionando cada vez más. Libros. Amigos que se van y otros que vuelven. Deporte y más deporte. Pensando en todo y en nada una y otra vez. Posibles proyectos...
Todo un verano que se aleja y que queda en la memoria, mientras que otro "año" se acerca rapidamente e intento todavía aclararme para ver como saldrán las cosas.
Hasta que lo consiga, me aseguro a mí mismo que volveré a tomar con brío el blog y que volveremos a escribir al menos tanto como antes, intentando que al menos sea tan bueno como siempre (eso como píldora de amor propio, que nunca viene mal).
¡El espectáculo debe continuar!

6 de agosto de 2010

Impresionante marco; pero sobre todo insuperable compañía

Así es como acababa un sms que me llegó. Mi tio M me lo escribía después de una velada que será dificil de repetir.
Una cálida noche de verano. Una terraza de la Calle Juan Bravo y como fondo la embajada de Italia. Todo ello acompañado de la mejor Ginebra que jamás he probado. Todo era perfecto. Nos pusimos a hablar, la conversación fue tocando un montón de temas: recuerdos, familia, trabajo, religión y fe, matrimonio, amistad, proyectos personales, más recuerdos, consejos (sobre todo suyos). Jamás había podido hablar así con él, aunque habíamos hablado miles de veces. Una conversación de tú a tú, de hombre a hombre, uno de más de cuarenta y otro que todavía no alcanza los 25, pero de hombre a hombre.
A medidad que avanzaba la noche me daba cuenta de lo poco que le conocía pese a todas las veces que habíamos hablado. Mi admiración por él crece día a día, aunque a veces hemos tenido nuestros más y nuestro menos, sin embargo el cariño y la sintonía que tenemos en tantos temas es apabullante. Sabíamos que aquella noche, que aquella conversación, que de aquella ginebra nos íbamos a acordar.
Hubo muchos comentarios brillantes. Consejos que es mejor apuntar para no olvidar. "Una vez que tomas una decisión que te obliga para siempre, hay cuestiones que simplemente no te las puedes ni plantear" Me decía en relación al matrimonio.
Hace poco alguién me preguntaba como era para mí la felicidad, me quedé pensando y le respondí: "Es cuando estoy con mi familia o cuando estoy con algún amigo", mientras que le daba un par de palmadas en la espalda en reconocimiento de que su compañía se incluía entre los amigos, y por tanto en los momentos felices.
Aquella noche acabó, le acompañé hasta el hotel donde se hospedaba y me volví a casa paseando mientras confirmaba que la felicidad era ante todo una buena compañía.

28 de junio de 2010

¿Y eso para que me sirve?

Un profesor del Master en Análisis Económico Internacional (¡yo ya ostento dicha condición!), aprovechando que era la última clase, empezó a divagar sobre nuestra generación y sobre la idea de que las generaciones anteriores tenían un nivel cultural más alto. Pensaba así porque, según él, nosotros no solemos tener ni idea de geografía, historia, y además nos manejamos con un vocabulario de apenas doscientas palabras. Porque no tenemos ni idea de latín ni de griego. El cine nos es totalmente ajeno, salvo en los estrenos de cartelera. Las pinacotecas son para nosotros un mundo aún por descubrir…(Debo decir que en gran parte estoy de acuerdo con su opinión, pero ya me encargué yo de recordarle que la culpa, en gran parte, no es nuestra sino de la educación que nos han hecho tragar por los cuatros costados, pero esto ya lo explicaré otro día)

De repente, un alumno, sin demasiada preocupación por aparentar ser un bárbaro, cortó al profesor, (se notaba, la intervención estelar aún no había llegado), e hizo la pregunta del millón.: “¿Y eso para que me sirve? No me van a contratar o me van a dar un puesto de trabajo mejor si se donde nace el río Ebro” La pregunta causó estupor, sobre todo en el profesor, que no daba crédito. Sin embargo, consiguió reaccionar y dio una respuesta muy acertada.

Afirmó que la cultura (el cine, el arte, la literatura, la geografía, la historia…) sirve para disfrutar de las cosas, de hecho sirve para disfrutarlas sin más. Simplemente para disfrutar. Y ahí está la cuestión.

El Plan Bolonia ha hecho acto de entrada en la universidad, aunque su filosofía lleva largo tiempo instalada. Ésta no es otra que la de adquirir ciertas habilidades para cumplir con el perfil del puesto de trabajo que nuestra carrera puede conseguirnos. Creo que hablo con conocimiento de causa cuando digo que los universitarios buscan una carrera que les de salidas, y carreras orientadas hacia el mundo laboral. Saber por saber y tener una cultura más amplia no tiene demasiado atractivo. Duro pero es verdad.

Cuántas veces habré oído “¿Y para que sirve si yo no quiero dedicarme a esto?”. Las propias universidades, agobiadas por la necesidad de captar el mayor número posible de universitarios, han aceptado el rol de actuar como centros de Formación Profesional a lo bestia.

El único saber que merece la pena es el que nos facilite obtener un puesto de trabajo o el que nos ayude a medrar más dentro de la empresa. Por eso no acabo de entender porque luego hay gente que se escandaliza de que las empresas hagan acto de presencia si es lo mejor que puede pasar. Que cada empresa diga que es lo que busca en sus futuros trabajadores y que las universidades los preparen, así el paro juvenil no sería tan sangrante como el que hay ahora.

El mercantilismo se ha adueñado de la vida universitaria y de los universitarios. Da igual lo interesante que pueda llegar a ser una conferencia, si hay créditos, el éxito está asegurado. Sin embargo, sin créditos de por medio, ya puedes correr, porque para llenar un salón, tendrás que sudar la gota gorda para conseguirlo. E incluso los que nos dedicamos a agitar la vida universitaria las veinticuatro horas del día, nos mercantilizamos. Nos obsesionamos por llenar salones de actos, porque venga la prensa, por reventar los índices de visita a nuestras páginas webs. Olvidando que, probablemente, la cultura, el saber (simplemente por disfrutar de las cosas), muchas veces huye de las grandes multitudes. Sin embargo, somos esclavos de nuestro tiempo y nos adaptamos a las circunstancias, unos con más éxito que otros.

¿Es la universidad todavía el centro desde el que revolucionar el mundo? Una sociedad mercantilista, que no da nada sino recibe nada a cambio, necesita una universidad “ad hoc”, que enseñe solo lo que pueda rentabilizarse de un modo económico. Pero es que entonces ya no será universidad, y es que hace tiempo que dejo de serlo.

El Plan Bolonia tiene ciertos aspectos positivos, pero parece que en España nos vamos a quedar solo con lo procedimental por querer implantarlo a "coste cero". Saber, por disfrutar de las cosas ya no sirve. Ahora solo queremos saber para saber que tendremos un puesto de trabajo, desde luego es una aspiración normal y noble, pero no debería convertirse en el centro gravitatorio de la vida de un universitario.

Y luego los jóvenes somos unos incultos, que no nos vengan con milongas, esto es lo que hay, porque esto es lo que se ha sembrado.